domingo, 21 de septiembre de 2008

LAICISMO EN EL SIGLO XXI


Por: Carlos Eduardo Mestre Aristizábal
calalomestre@gmail.com

VIDAL, Augusto
SIN TITULO
Oleo sobre Tela
0.44 X 0.52 mts.
1987


Todos los días se invoca la presencia de Dios y su iluminación por dirigentes de diferentes países cuyo estado se supone laico, pero parece que no confían en las leyes que lo rigen, se encuentran plasmadas en un documento que se le llama “Constitución”, el cual da las directrices para la toma de decisiones con sentido humano para humanos, o sea del estado; ¿entonces qué está pasando con el sentido laico?

Durante la posesión de la presidenta de Argentina, esta respetable señora en su discurso realizó invocaciones a la protección de Dios en su gobierno. En gobiernos que suponemos materialistas, como en Estados Unidos, los presidentes no pierden oportunidad de invocar a Dios en cada discurso, como durante la presentación del mapa genético en la Casa Blanca durante la administración Clinton, quien refirió en su discurso “Hoy estamos aprendiendo el lenguaje con el que Dios creó la vida. Estamos llenándonos aún más de asombro por la complejidad, la belleza y la maravilla del más divino y sagrado regalo de Dios”; o estarán buscando más aceptación por su pueblo religioso. En Colombia, su presidente en cada discurso, invoca a Dios y bendice la población y además, tácitamente ha dado más poder a la iglesia predominante, la católica romana, en cuestiones de política y estado. ¿Estamos entonces en presencia de un resurgimiento de la religión en el estado?

El ser humano debe encontrar respuestas en sectores no materialistas a preguntas que no se satisfacen científica o materialmente y en esta búsqueda de una solución espiritual, cae fácilmente en alienaciones dogmáticas religiosas, y más ahora con tanta proliferación de nuevas formas de religiosidad y de expresiones espirituales, algunas muy radicales, pues para el ser humano común y corriente es más fácil que piensen por él, que cuestionarse más a fondo sobre aquellas cosas relacionadas con su esencia y su existencia en este planeta para encontrar la respuesta más acertada a sus cuestionamientos. No, para él es más fácil que otros piensen y le den una respuesta con la que pueda vivir. De ahí se desprende una consecuencia lógica, la dominación del ser por los dirigentes religiosos de sectas que se preocupan más por el bienestar de las altas jerarquías a costa de los feligreses de su rebaño, pero hay que darles tareas para evitar que alguien llegue a cuestionar su actuar, se les inculca el fanatismo religioso y se llega finalmente a la lucha por su creencia y de ahí a la agresión física solo hay un paso. Es el resultado de no encontrar respuestas satisfactorias a sus preguntas espirituales y a tratar de bajar al nivel material el pensamiento filosófico religioso. Y es esto sólo una filosofía dentro de un dogmatismo religioso y allí debe permanecer y permitir que el ser humano pueda regir su comportamiento a través del derecho y las leyes humanas.

Esto es lo que propende el movimiento laico internacional, entendido como “la doctrina que defiende la independencia del hombre o de la sociedad, y más particularmente del Estado, respecto de cualquier organización o confesión religiosa”

Pero este debate sobre laicismo es muy confuso entre nosotros, incluso dentro de nuestra organización, en dónde se supone se maneja el laicismo de manera “natural” y como parte integral de nuestro desarrollo como masones. Hay quienes manejan el término laico como un movimiento anticlerical y en contra de las doctrinas religiosas, específicamente la católica romana, predominante en nuestro país, o laicismo radical; y otros que simplemente toman al laicismo como neutral ante los aspectos espirituales y religiosos, de manera racional y coherente con un estado de derecho. Esa racionalidad que aporta el laicismo tiene la capacidad de generar esperanza en la humanidad, pues está relacionada con la búsqueda de la paz
universal frente a la violencia; la búsqueda de la verdad frente a la superstición y la búsqueda de la libertad y la responsabilidad individual.

Es importante que en nuestro seno se hable de una manera uniforme, se defina el movimiento que estamos empezando a liderar de manera adecuada y así se pueda proyectar a la población en general, una manera de pensar que le permita tomar acciones humanas dentro de las leyes humanas y mantenga su religiosidad en su hábitat privado, respetando los credos de los demás, de manera que puedan convivir en tolerante paz, manejando su libertad racionalmente, evitando el caos que podría ser consecuencia de lo contrario, como se ha ejemplificado ampliamente en la historia con la aparición de conflictos entre confesiones religiosas diferentes que impulsan movimientos, a veces armados, entre los pueblos como en el medio oriente, India y Pakistán e incluso en occidente en la región balcánica y en Irlanda, por poner algunos ejemplos contemporáneos.

El laicismo no es un movimiento predominante en el inicio del siglo XXI, simplemente es un movimiento que se debe mostrar a la humanidad como una solución para la convivencia humana, sino la más exacta, si la más adecuada, para que según realice cambios en su manera de actuar y de pensar, podrá ver que si puede ser la manera más acertada de coexistir armónicamente en esta sociedad tan pluralista en corrientes religiosas y trabajar en pro de un mundo mejor, más habitable, para nuestros nietos.


CARLOS EDUARDO MESTRE ARISTIZÁBAL
M:.M:.M:.Resp:.Log:.Cosmos Nº.4
Director Ejecutivo
Fundación Instituto Laico de Estudios Contemporáneos
(FILEC) Capítulo Oriente


TARAZONA, José Ramón
ICARO
Siglo XX
Propiedad del Autor

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